De nuevo las mesas atestadas de comensales jóvenes, escuincles poscovid. Una chica. Tropieza y cae en un suelo de risas y bromas. Se levanta maltrecha, pero los jeans ya venían rotos de origen. Destacan muchas más imágenes, mas solo se conservará la de mi chapata de pierna española calentada en la parrilla y bañada de salsa verde muy picosa. Deliciosa. Tres rajas de chile asoman su punta por las orillas del pan crujiente. La devoro. Demoro a propósito en llegar a la oficina. ¡Fantasía de muchos, placer de pocos con rutinas laborales híbridas y sin horario estricto, hasta donde convenga a los jefes tóxicos! Termino mi manjar lo más lento que me permite el hambre de la mañana.
El poscovid da la vuelta a la página, que tiene borrones.
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