Ya hace como dos años que la Real Academia Española hizo oficiales las nuevas reglas ortográficas. Daniel y yo discutimos si es momento de aplicarlas, si los compañeros están listos para aceptarlas. Después de pensarlo un poco él opina que sí, y yo lo sigo pero me resisto a dejar sin tilde 'guión', palabra muy usada en la Dirección Académica.
Está bien. Acepto. Y comenzamos a dejar sin tilde los pronombres personales (este, estos), el adverbio (solo, cuando no haya ambigüedad) y guion, y en mis comentarios de cambios lo señalo para que los compañeros no rechacen la corrección.
Al poco tiempo, sin embargo, vemos que las tildes se resisten a desaparecer: en los periódicos siguen apareciendo y en la oficina 'guión' se aferra con uñas y dientes en presentaciones, textos informativos o correos electrónicos. A la hora de publicar, la última corrección es volver a poner esa tilde.
Poco a poco vamos avanzando en estas reformas, hasta que un día alguien nos hace una jugarreta: vemos por ahí una corrección horrorosa, que parece derrumbar lo construido: "éstos programas"... Creo que debimos dejar todo como estaba.
(Imagen tomada de internet)
Está bien. Acepto. Y comenzamos a dejar sin tilde los pronombres personales (este, estos), el adverbio (solo, cuando no haya ambigüedad) y guion, y en mis comentarios de cambios lo señalo para que los compañeros no rechacen la corrección.
Al poco tiempo, sin embargo, vemos que las tildes se resisten a desaparecer: en los periódicos siguen apareciendo y en la oficina 'guión' se aferra con uñas y dientes en presentaciones, textos informativos o correos electrónicos. A la hora de publicar, la última corrección es volver a poner esa tilde.
Poco a poco vamos avanzando en estas reformas, hasta que un día alguien nos hace una jugarreta: vemos por ahí una corrección horrorosa, que parece derrumbar lo construido: "éstos programas"... Creo que debimos dejar todo como estaba.
(Imagen tomada de internet)
Comentarios
Publicar un comentario